Y fue esa misma noche del festejo que descubrí el lugar desde donde hacer esta propuesta:
He aqui el momento:
Yo me atreví a romper el círculo sagrado de nuestra reunión invitando a una amiga que el grupo conocía del ejercicio de sus roles profesionales y yo, lejos de ahi, había conocido en el ambito opuesto: ser 100% madres y amas de casa con intenciones de logros academicos algun dia.
Llegó casi al final, cuando ya la ronda de confesiones había terminado y nos enredabamos nuevamente en temas cotidianos.
Ella tiene la idea de que mis amigas son perfectas:
- familias perfectas,
- matrimonios perfectos,
- hijos perfectos,
- perfecta disociacion casa-trabajo,
- perfecto manejo del estres, de los valores, de los limites...
La conversacion sobre percances cotidianos acerca de nuestros hijos le arrancó una frase que nos hizo reir, y a mi pensar:
¡¡¡¡Pero ustedes son normales!!!!
y a mí me dio curiosidad saber qué cosas la habian llevado a pensar que no lo eramos...
Un rato despues, vencida la primera incomodidad por la presencia de alguien extraño al grupo, no puedo evitar retraerme y observarlas conversar y reir de las anécdotas y peripecias que cada una va contando:
la vida cotidiana tiene un punto que nos une y nos reune, más alla de nuestras funciones, de nuestros roles sociales, y es LA HUMANIDAD.El cansancio, las funciones biológicas y orgánicas, las emociones, las capacidades y las incapacidades, nos colocan en distintos lugares pero a la vez nos igualan dentro del rango que nos reune a pesar de todo: el SER HUMANOS.
Y entonces si... ¡hay tanto de que hablar!
La propuesta toma forma: Es desde el único lugar del que me atrevo a aportar algo, ese, el que nos hace comunes: el SER HUMANOS.